Los pioneros

Oficialmente el nacimiento del cine (polémicas sobre Edison aparte) se señala el día 28 de diciembre de 1895 en el Boulevar de los Capuchinos de París,cuando los inventores del cinematógrafo, los hermanos Lumière, muestran una sucesión de imágenes en movimiento en el Salon Indien. Las primeras escenas que proyectan en el pequeño salón causan furor.


Irónicamente y a pesar de este éxito,los hermanos Lumière pensaban que «el cine es una invención sin ningún futuro». No obstante, aprovecharon el nuevo invento para generar riqueza y montar un negocio rentable. Los Lumière enviaron cinematógrafos y operadores, principalmente por toda Europa y Latinoamerica, para difundir su invento (adelantándose al kinetoscopio de Edison quien hasta entonces no había penssado en difundir su invento más allá de USA) y para tomar imágenes de todos esos lugares. Con estas cintas rodadas surgirá el más primitivo montaje cinematográfico.

El cinematógrafo se extendió rápidamente por distintas ciudades del mundo y abrirá los ojos de Edison ante las posibilidades del negocio de proyección de imágenes.



En esta fase, el cine no es visto aún como arte, sino como un negocio dentro de los espectáculos de variedades. Pero habrá una serie de pioneros en aquellos primeros años que trascenderán la mera captación y proyección de imágenes y que poco a poco irán conformando un lenguaje cinematográfico. Su imaginación y creatividad, a la par que una sucesión de influencias, sinergias y también plagios entre ellos, por qué no decirlo, hicieron que aquel fenómeno de variedades llegara a denominarse séptimo arte. Y en estas líneas hay un pequeño apunte sobre algunos de los más importantes pioneros anteriores a 1910. Sólo algunos, muy pocos. Ya habrá tiempo de ir conociéndolos a todos a través de los films que vaya enlazando periódicamente.

George Méliès sería quien iniciaría decisivamente los pasos del cine de ficción y también el de ciencia-ficción.En esta línea comienza a dirigir una serie de películas que tienen muchos trucajes.
Uno de los más habituales era hacer desaparecer cosas o hacerlas aparecer de nuevo. Otros eran la sobreimpresión de una imagen sobre otra, las dobles exposiciones o el uso de maquetas. Méliès consigue imágenes mágicas en las que desaparecen personajes (Escamoteo de una dama,1896), chocan trenes, crecen objetos y hasta viajes a lugares desconocidos (Viaje a la Luna, 1902).


Esta línea creativa la desarrollará el español Segundo de Chomón, que compite con Méliès en la producción de películas sorprendentes (El hotel eléctrico, 1908) trabajando para la casa Pathè.

De igual forma distintos fotógrafos de Brighton en Inglaterra dan pasos en la conformación del nuevo lenguaje, utilizando en sus películas diversos recursos (puntos de vista, panorámicas, sobreimpresiones, etc.) para contar una historia.
La escuela de Brighton formada principalmente por los fotógrafos Smith, Williamson y Collins se interesan por los temas de persecuciones y bélicos donde aparecen recursos técnicos muy importanes para la gramática cinematográfica.

Pero también hay irse al otro lado del Atlántico. En USA Edwin S. Porter rueda Salvamento en un incendio (1902) yendo más allá de la estructura lineal que plantea todo el mundo, intercalando situaciones que atraen de manera especial la atención del espectador —insertos-; es decir, intercala una serie de planos en los que destaca ciertos detalles del ambiente, de la acción de los personajes y con los que se pasa de un espacio a otro sin ningún tipo de explicación —el montaje paralelo-. Y por su puesto tenemos que tener en cuenta su importantísima y tan conocida The Great Train Robbery.



No mucho más de momento. Pero ya volveré sobre los pioneros del cine. De momento pasen y vean.