Europa: años 20

Los distintos movimientos artísticos que se que se desarrollan a través de todas las artes en la Europa de los años veinte influyen de modo determinante en el cine. Directores jóvenes y con grandes ideas teóricas y creativas sobre el séptimo arte, realizarán películas que servirán de referente a las generaciones posteriores.


Pero las influencias fueron también contemporáneas. Griffith influyó en jóvenes cineastas de una geografía tan alejada de los EEUU, como es Rusia. El triunfo de la revolución rusa en 1917 hizo pensar a sus dirigentes que el cine podía asumir un papel de adoctrinamiento y propagandístico. Así que encargó a unos cuantos directores el hecho de crear una nueva cinematografía en el país.



El cine surgido de la revolución rusa (1917) dio paso a numerosas e importantes aportaciones teóricas que se concretaron en los trabajos de Dziga Vertov (sobre todo el "cine ojo": objetividad de la cámara, de Lev Kulechov) en su laboratorio experimental desarrolló la teoría del montaje- y el grupo de la Fábrica del Actor Excéntrico (FEKS), dirigido por Gregori Kozintev, Leoni Trauberg y Sergei Yukevitch, totalmente opuestos a la objetividad de Vertov.
Aunque el gran maestro soviético será Sergei M. Eisenstein, director que sabe aprovechar y enriquecerse con las aportaciones de directores de todo el mundo para realizar un cine de gran efectividad plástica e ideológica (La huelga, 1924 ; El acorazado Potemkin, 1925; Octubre, 1927). Junto a él, también destacan a otro nivel, Vsevolod Pudovkin (La madre, 1926) y Aleksandr Dovjenko (La tierra,1930).


En Alemania, los estilos "expresionista" y kammerspiel sorprenden por sus ambientess irreales y/o futuristas. Los alemanes disponen de recursos importantes (propiciados por la productora UFA) y abordan películas importantes a partir de proyectos dirigidos por Ernst Lubitsch, Friedrich W. Murnau ( Nosferatu el vampiro, 1922; Fausto, 1926), Fritz Lang (Las tres luces, 1921; Metrópolis, 1926) y George W. Pabst (La calle sin alegría, 1925).


El cine aparecido después de la derrota de los alemanes en la Guerra Europea y el establecimiento de la humillante Paz de Versalles, refleja sus angustias y contradicciones. El trabajo de la iluminación (llena de contrastes entre el claro-obscuro, la luz y la sombra) serán uno de los aspectos plásticos más innovadores.

Los directores franceses asumen, además de sus películas, un compromiso teórico fundamental impulsando cine-clubs (Louis Delluc funda el primero en 1920), publicando algunos libros (Jean Epstein firma en 1921 "Buenos días, cine", en el que habla de las posibilidades creativas de la cámara y otros recursos expresivos) y desarrollando nuevas fórmulas narrativas.Es el llamado impresionismo cinematográfico galo. Él mismo dirigió "La caída de la casa Usher" (1927).
Al margen de este movimiento destacan también Abel Gance, autor de "Napoleón" (1927), film donde la técnica de proyección se anticipó al Cinerama- y Jacques Feyder, director de "La Atlántida" (1921).

Son años dominados también por el futurismo (Fernand Léger o Many Ray) y el surrealismo de Germaine Dulac, Luis Buñuel y Salvador Dalí.



En otras cinematografías, las aportaciones individuales alcanzaron desigual fortuna.

El cine hecho en Italia, tras el éxito de las grandes producciones históricas de la década anterior (Peplum) decae y sólo logra destacar relativamente gracias a la presencia en sus películas de  actrices como Francesca Bertini o Lyda Borelli.

Los cineastas nórdicos huyen de los interiores angustiosos y hacen de los exteriores, del paisaje, el escenario natural para sus dramas. Destacaron gente como Sjöström (La carretera fantasma, 1920), Stiller (La expiación de Gösta Berling, 1923) o Dreyer; éste último dirigió la obra maestra "La pasión de Juana de Arco" (1928).